José Luis Ponce de León es un obispo argentino que peregrina por la Sudáfrica recóndita. Fue nombrado por el papa Benedicto XVI como obispo titular de Maturba y Vicario Apostólico de Ingwavuma, en el Este de Sudáfrica. Es un sitio precario, donde la pandemia del HIV camina con pies de plomo, y la ayuda humanitaria y religiosa es un brazo solidario que intenta socorrer a una población de 618 mil habitantes. Desde este contexto de necesidades, surge una voz de respaldo para el seleccionado argentino. El deseo de Ingwavuma es tener al equipo de Maradona en su país el año próximo. Cada vez que los chicos nombran a Messi se les dibuja una sonrisa estimulante.
En afán de colaborar con la causa religiosa y social de Ponce de León, la embajada argentina en Sudáfrica se acercó hasta Ingwavuma. El embajador Carlos Sersale di Cerisano les obsequió a los chicos un juego de camisetas de la selección para jugar un torneo de fútbol. El equipo de Ingwavuman, de radiante celeste y blanco, se llevó el título al superar al equipo de Corridonia. Dicen que fue una fiesta.
En la foto de la celebración, al equipo de Ingawavuma se suma el de la hermana Lidia Danyluk, una argentina que también desembarcó en el Africa profunda para dirigir un orfanato para enfermos de VIH. Desde Sudáfrica, hay un puñado de gente que está haciendo fuerza para que la selección de Maradona se clasifique al Mundial.
Fuente: www.canchallena.com
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