DOMINGOS DE FUTBOL

Que lindo es el domingo, ¿No? Y que lindo es el Fútbol. Aún mas lindo es que juntos se complementan para hacernos sentir sensaciones únicas e inigualables. Porque el Domingo es el día del fútbol, para todos los argentinos, desde siempre. Ese día en que estamos atentos a lo que sucede, desde la previa, cuando todos entran a las canchas, sintiendo el olor a choripan que sale de las parillas, se cuelgan “los trapos”, se escucha el canto de la hinchada, los molinetes de las puertas giran al paso de cada espectador… O si no tenes la posibilidad de estar en la cancha podes estar atento y dispuesto a sentir el fútbol en otro lugar, ¿o nunca entraste a un bar a ver el partido?, ¿o nunca lavaste el auto con el volumen casi al mango?, ¿o limpiaste la parrilla después del asado del domingo con la radio cerca?, para escuchar al relator describir jugada a jugada, toque a toque, segundo a segundo esos 90 minutos únicos, divididos en dos tiempos de 45, donde explotamos de emoción y somos el coro de la voz cantante del relator y la hinchada en el momento donde el fútbol pone su sello, el gol. Ese grito infinito, que estés o no pendiente del suceso, lo escuchas, porque boca a boca se va haciendo eco y transcribiendo ese momento único, que llega en directo desde el campo de juego y se penetra en la piel de cada hincha. También, por su puesto, llena de emoción ese gol errado, luego de una jugada sensacional, que nos deja a todos (relator, hinchada, audiente, televidente, etc) con el grito ahogado de gol, de ese gol que no fue, porque algo, alguien, o la mala suerte para el atacante y la buena para el defensor, hicieron que todos quedemos con la boca abierta. Y ese “huuuuuuu…” como se siente…
El domingo tiene eso… Tiene el fútbol, y el fútbol tiene sentimientos, es uno mas, es ese amigo que llega el domingo a pasar el día con nosotros, ese amigo eterno que no nos abandona nunca, y digo "amigo eterno", porque estuvo, esta y estará siempre, en las buenas y en las malas, y me atrevo a decir que es mas que un matrimonio, porque esta pasión no la separa ni la muerte. Siempre tiene algo nuevo para sorprendernos desde: una jugada mágica, un gol hermoso, un taco, un caño, una rabona, un tiro libre, un pique, un gol que gritamos todos pero que no valió porque el línea marco off side, un gol errado, un pase dibujado, un raspón, un faul, una roja, el pitazo final, en si, el fútbol es una poesía sin final, nuestro verdadero folklore, nuestra sombra. Y el domingo lo acompaña para ponerle un toque especial, la música y el color.