INDEPENDIENTE CAMPEON DE SUDAMERICA

El Rojo volvió a sonreír después de mucho tiempo. Quizás nadie se lo esperaba hace dos meses atrás, cuando el equipo de Avellaneda era sólo un signo de interrogación, con un técnico (Garnero) y un manager (Menotti) en la cuerda floja, problemas dirigenciales, y jugadores criticados hasta por sus propios hinchas, y excluidos del campeonato a pocas fechas del comienzo del mismo por malísimos resultados. Luego llegaría la renuncia del "Dani" Garnero, acompañada por la de Cesar Luis Menotti, para darle lugar a la dupla interina de Pavoni y Sá, quienes mantuvieron al equipo como pudieron hasta una fecha antes del clásico más esperado por la gente, por el barrio. Fue entonces cuando el "Turco" Mohamed, proveniente de Colón de Santa Fé, quien se animó a agarrar ese fierro caliente, o mejor dicho al rojo vivo, llamado Independiente. La llegada del nuevo entrenador le cambió el aire al plantel y a sus hinchas, que enseguida le pidieron por "el clásico y la copa", y hasta le pegaron un afiche en el auto con esa frase. Mohamed asumió el compromiso y debutó nada más y nada menos que ante Racing en el "Libertadores de América", cumpliendo el primer objetivo, suyo y de la gente, ganarle al clásico rival. Fue 1 a 0 y a otra cosa. Luego llegaron los compromisos por la Copa Sudamericana y, como pudo, Independiente, fue quemando etapas y, pasando de rondas. Ya en semifinales, al Rojo, le tocaba una parada muy difícil, nada menos que el último campeón y unos de los mejores equipos del continente, La Liga Universitaria de Quito del "Patón" Bauza; con quien comenzó la fase perdiendo 3 a 2, dignamente, en la altura y ganando 2 a 1 en su casa, y derecho a la final tan esperada e inimaginable por su gente. Mientras tanto seguía cumpliendo sus compromisos por el torneo local, claro, con equipo alternativo. Llegaría la final, ante el recientemente descendido Goias de Brasil, quien le pinto la cara en Goiania derrotándolo 2 a 0 ante todos los pronósticos. El "Turco", optimista y medio adivino, declaraba que en Argentina "lo vamos a dar vuelta y vamos a ser campeones", como si supiera lo que iba a pasar.
Luego de un último y colorido entrenamiento con un banderaso de aliento en la cancha organizado por los hinchas y los dirigentes, el Rojo tenia enfrente el compromiso más esperado de los ultimos años: la final de la Copa Sudámericana, el partido de vuelta, el decisivo y en su casa.
Con el estadio rebalsado de gente, banderas rojas y algunas pocas verdes de la visita, Independiente salía a la cancha a ganar, a lograr ese título tan ansiado y que tanto alivio le podía traer al club. Y fue así. Luego de arrancar ganando con gol de Velázquez y que enseguida Moura se lo empatara, llegarían los goles de alguien que ya se metió en la historia grande del Rojo y de sus hinchas, Facundo Parra, que con dos goles, casi de carambola, le dio a Independiente lo que necesitaba, aunque sea, para ir al alargue. En los dos tiempos aderidos, Hilario Navarro, volvió a convertirse en figura. Entre nervios y ansiedad, aguantaron hasta el final. Los penales decidirían quien sería en nuevo rey de Sudamérica. La tanda sería favorable para el Rojo que no erró ninguno y tuvo en su capitán, Tuzzio, el tiro del título, para volver a gritar después de muchos años, el tan esperado: "dale campeón, dale campeón..." que se escuchará por varios días.
Además es doble el festejo del Rojo, porque al ganar la Copa Sudamericana, se metió en le repechaje de la Libertadores 2011, dejando sin posibilidades de acceder a Racing Club.

MIRA EL RESUMEN DEL PARIDO Y LOS PENALES, CON RELATOS DE LA TELEVISION BRASILERA:

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